Del paisaje urbano ¿a una jungla de cemento?

Caminar es un hábito saludable, una actividad que despeja la mente, un derecho de todo ciudadano. Llena de sensaciones el poder hacer recorridos agradables, para lo cual los urbanistas en el caso de las ciudades, han realizado sus trazos visionando como hacer cada vez más confortable ese recorrido, integrando vegetación que aporta vida a estos espacios mediante color, aroma y belleza. 
El ejercicio se torna más interesante cuando se incorpora el mobiliario para suplir necesidades básicas. Es allí donde en el recorrido encontramos bancas para socializar o simplemente descansar un instante, contenedores de basura para conservar limpio nuestro entorno, luminarias para garantizar la visibilidad del recorrido nocturno. 
Sin embargo, ¿este diseño integral ha sido diseñado para todo tipo de usuarios? 
Poco a poco se ha venido incorporando en los espacios públicos una herramienta diseñada exclusivamente para las personas con ceguera, baja visión e incluso los ciudadanos que hacen uso frecuente de sus dispositivos celulares mientras recorren las calles exponiéndose a grandes peligros. Hablamos de la Señal Podotáctil. 
Posiblemente la hemos visto de mil formas, pero cabe la pregunta ¿comprendemos cómo funciona? 
Son losetas cuadradas y rectangulares con dos texturas: La primera está compuesta por una secuencia de líneas que se utiliza para trazar una ruta de recorrido, a manera de ejemplo como una luz verde en el semáforo. La segunda está compuesta por una secuencia de puntos ajustados simétricamente y se utiliza para crear una alerta cuando nos encontramos frente a una rampa, en contorno de cajas de inspección, bordeando contenedores de basura, luminarias, al inicio y finalización de una escalera. 
Teniendo clara su función nos preguntamos cómo hoy existen espacios en donde ha sido utilizada como elemento decorativo, tipo ajedrez, incluso las han utilizado de forma casi intuitiva jugando con colores usándolos como adoquín ordinario, desconociendo el gran peligro que genera para las personas ciegas y de baja visión.
Tristemente de manera hostil, la invasión del espacio público se viene apoderando de ella. Es el caso de algunos restaurantes donde hacen uso del espacio público pasando por alto su obstrucción, lo cual desencadena en desorientación y posiblemente en accidentes.
En el día de la Señal Podotáctil, destacamos su importancia y eficiencia. Resaltamos que el caminar libremente es un derecho de todo ciudadano y debe darse en igualdad de condiciones. Por tanto, cuando las veamos debemos respetar este espacio, ya que conociendo su función entre todos los ciudadanos debemos incentivar su buen uso e integración cultural para su cuidado y mantenimiento. En nuestras manos está el tener un paisaje en el entorno de ciudad de manera segura o una jungla de cemento.